lunes, 6 de abril de 2020

LA SOCIEDAD MODERNA



Zygmunt Bauman retrata a la sociedad moderna

Quién no ha pensado alguna vez lo diferente que es la forma de pensar de sus padres o abuelos en comparación con la suya. Han estado casi toda la vida con la misma persona, la misma con la que se casaron cuando las fotos eran en blanco y negro. Han tenido el mismo trabajo desde que salieron de la universidad con 23 años. Y conservan el reloj que les regaló su padre cuando cumplieron los 18 años.

La vida líquida de Bauman rompe con las estructuras fijadas en el pasado
La filosofía de vida, los valores y lo que se considera ético y moral ha cambiado radicalmente en los últimos años, a causa de los cambios políticos y sociales ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En el libro Modernidad líquida, el sociólogo Zygmunt Bauman es capaz de explicar los fenómenos sociales de la era moderna y qué es lo que nos diferencia de las generaciones anteriores. A partir del año 2000, año de publicación de Modernidad líquida, el filósofo polaco publica una serie de obras que resumen sus conceptos sobre la realidad que nos rodea: Amor líquido (2003), Vida líquida (2005) y Tiempos líquidos: vivir una época de incertidumbre (2007).

La realidad líquida de Bauman consiste en una ruptura con las instituciones y las estructuras fijadas. En el pasado, la vida estaba diseñada específicamente para cada persona, quien tenía que seguir los patrones establecidos para tomar decisiones en su vida. En la modernidad, el filósofo polaco afirma que las personas ya han conseguido desprenderse de los patrones y las estructuras, y que cada uno crea su propio molde para determinar sus decisiones y forma de vida.

La sociedad actual se basa en el individualismo y en una forma de vida cambiante y efímera
En la vida líquida según Bauman, la sociedad se basa en el individualismo y se ha convertido en algo temporal e inestable que carece de aspectos sólidos. Todo lo que tenemos es cambiante y con fecha de caducidad, en comparación con las estructuras fijas del pasado.

Muchas de las cosas que explicó Bauman hace 17 años en su obra Modernidad líquida y las que la siguieron se han convertido en una realidad en nuestros días. El sociólogo logró explicar el funcionamiento de la sociedad actual y determinar la relación de las nuevas generaciones con conceptos como el amor, el trabajo o la educación.

El amor líquido
Muy poco tienen que ver las relaciones de nuestros abuelos con la nuestra. Miedo al compromiso, rollos de una noche, desengaños amorosos... Para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) este puede ser el pan de cada día.
Para Zygmunt Bauman, estas relaciones son las que dan nombre a su concepto de amor líquido. Según su patrón, el miedo al compromiso y a las cosas a las que hay que renunciar, como la libertad, son la razón principal por la cual existe este miedo a comprometerse y a darlo todo por una pareja.

La vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos con breves e indoloros finales
Las relaciones amorosas acaban convirtiéndose en breves episodios, en los que priva la búsqueda del beneficio personal. Cuando una pareja deja de ser rentable, se deja de lado y se busca una nueva.
Ni más ni menos que la filosofía de Tinder. Historias de amor para siempre han ocurrido gracias a la aplicación de búsqueda de parejas, aunque la mayoría de usuarios desliza rostros en su pantalla hasta encontrar el indicado para pasar la noche.

Ciudadanos del mundo
Si hay algo que no queremos, son ataduras, ni el en amor ni en nuestra forma de vida.
En la era moderna, es bastante común entre los jóvenes hacer un viaje de varios meses por América Latina o el Sudeste Asiático, con el objetivo de romper con las barreras y ser testigos de realidades distintas a las de su país de origen.

La realidad líquida de Bauman describe precisamente este escenario, que invita al movimiento, al flujo y a la búsqueda de nuevas experiencias, pero sin echar raíces en ningún lugar. Son ciudadanos del mundo pero de ningún lugar al mismo tiempo.

No más trabajos para toda la vida
Esta filosofía basada en la búsqueda de nuevas experiencias y ser ciudadano de mundo también se ve reflejada en el ámbito laboral dentro de las sociedad líquida.

Nuestros abuelos y padres entraron a trabajar en una empresa cuando acabaron la universidad, y se jubilaron en el mismo lugar 40 años después.

Las personas no quieren ataduras ni en el amor ni en el trabajo, según Bauman
En la actualidad, no existe el llamado trabajo de nuestra vida. Los empleos son cambiantes y el mercado actual necesita renovaciones dentro de las empresas cada poco tiempo.

Por otro lado, Bauman identifica en sus obras la necesidad de cambio en los trabajadores, a los que se les reclama cada día más volatilidad y capacidad de trabajo en diferentes áreas.

Las empresas buscan a personas volubles, con capacidad de reinventarse y que puedan viajar a otra ciudad cuando sea necesario. Personas que lo den todo en el trabajo aún sabiendo que pueden ser reemplazadas en cualquier momento si no cumplen con las expectativas.

El reto de la educación en un mundo líquido
"Aún debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información. Y también debemos aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante mundo".
La crisis económica que azotó las instituciones financieras y las economías de medio mundo en 2008 cambió la forma de pensar de muchos jóvenes.

Antes de la crisis, la sociedad estaba convencida de que unos buenos estudios derivarían en buenas oportunidades laborales. Pero a partir del 2008, todo se puso del revés. Los que han conseguido trabajo, tienen que reinventarse cada poco tiempo y afrontar nuevos retos constantemente. Otros muchos graduados están trabajando en puestos por debajo de su formación, y muchos ni siquiera han accedido al mercado laboral.

En el libro Sobre la educación en un mundo líquido, Zygmunt Bauman conversa con el educador Ricardo Mazzeo sobre la pérdida de credibilidad de las bases de la educación tradicional, la cual se perfila como algo anticuado por no proveer a los jóvenes las herramientas necesarias para encontrar un trabajo.

La era del consumismo
Los que se compraron el iPhone 3G hace 10 años, se sintieron los amos del mundo. Tenían en sus manos un producto único en el mercado en ese momento, el cual marcó una diferencia en el uso de los smartphones.

En la era del consumismo, lo importante no es conservar objetos, sino renovarlos constantemente
En la actualidad, el que conserve un iPhone 3G no podrá ni hablar por WhatsApp. Más de 8 modelos han actualizado la primera versión de los teléfonos de Apple.

La era consumista que vivimos en la actualidad se basa en la ferviente necesidad de sacar nuevos productos en el mercado que saciar las ansias de renovación de la sociedad.

Los productos duraderos ya no son importantes, en esta era priva lo efímero y lo nuevo para sorprender a los compradores.

El consumismo no gira en torno a la satisfacción de deseos, sino a la incitación del deseo de deseos siempre nuevos

En esta realidad líquida, lo importante no es conservar los objetos, sino renovarlos constantemente para contentar el espíritu consumista.

La realidad líquida angustia a las personas porque no carecen de nada fijo y duradero
La consecuencia principal del mundo opuesto a lo sólido crea ansiedad en las personas, según Bauman. La necesidad de reinventarse en el empleo provoca que muchos trabajadores se queden atrás y que no cumplan con los requisitos necesarios en la actualidad.

Además, la necesidad de relacionarse choca frontalmente con la falta de compromiso y el miedo a perder a la libertad. En la sociedad actual, no podemos aferrarnos a nada, porque todo es cambiante y efímero. Todo es líquido, y la posibilidad de perderlo todo es más que probable.

Zygmunt Bauman ha fallecido este lunes en su domicilio de Inglaterra. Perdemos a uno de los filósofos y sociólogos más importantes del siglo XX, pero conservamos sus obras para intentar entender la complejidad de la sociedad actual

LA MODERNIDAD LÍQUIDA


LA MODERNIDAD LÍQUIDA


 Zygmunt Bauman nos presenta cinco conceptos básicos de importancia en las actuales condiciones humanas: emancipación, individualidad, tiempo/espacio, trabajo y comunidad. El autor aborda dichos temas desde la perspectiva de la sociología e intenta dar respuestas a interrogantes como: ¿qué es una sociedad?, ¿cómo se identifica?, ¿qué la compone?, ¿qué relación hay entre los elementos que la componen, y el mundo exterior?, ¿la sociedad va hacia una modernidad, o ya está en ella?, ¿qué es modernidad?, ¿sólida?, ¿líquida? Mediante estas preguntas analiza la complejidad de las nuevas sociedades y la manera de enfrentar el fenómeno de la inmediatez.

El propósito principal de Modernidad líquida es tratar de responder a estas preguntas, una tarea nada fácil. Zygmunt Bauman realiza un valioso análisis sociológico. Uno de los puntos relevantes del texto es que nos encontramos ante la disolución del sentido de pertenencia social del ser humano para dar paso a una marcada individualidad. Cuando el ser humano tiene posibilidades reales de ser independiente, la sociedad ya no es aquella suma de individualidades sino el conjunto de las mismas.

Para Bauman, la modernidad líquida es como si la posibilidad de una modernidad fructífera y verdadera se nos escapara de entre las manos como agua entre los dedos. Este estado físico es aplicado a esta teoría de modernidad en el sentido de que, posterior a la segunda guerra mundial, nos encontramos con por lo menos tres décadas de continuo y próspero desarrollo, en el que el ser humano encuentra tierra firme para ser y relacionarse con los demás.

Años más tarde, este mismo desarrollo, traducido en la ciencia y la tecnología, así como también en lo político, económico, intercambio cultural, apertura de mercados, globalización, ha llevado al ser humano a alejarse de aquello con lo que se mantenía unido, la sociedad. Es decir, de una sociedad sólida pasa a una sociedad líquida, maleable, escurridiza, que fluye, en un capitalismo liviano.

Bauman nos explica que ante la posibilidad de cambios reales, podemos reaccionar de una manera favorable al sentirnos cada vez más independientes y rectores de nuestro destino, pero también habrá quienes se sientan con miedo ante tales circunstancias. Ser independientes no es tan fácil, la liberación-emancipación puede traer consecuencias a las que no estamos acostumbrados. Nos consideramos modernos, pero no lo somos. Primero porque hay deficiencias que subsanar en diferentes rubros; segundo porque dentro de algunos años, esta modernidad dará paso a otra, pero necesariamente tendrá que dar paso a otra concepción.

Para Bauman, el hombre deja de lado esa sensación de satisfacción y bienestar, derivados de la industrialización posterior a la segunda guerra mundial y busca su libertad. Considera que esa libertad conseguida con su emancipación, ha hecho que el hombre se vaya guardando más para sí mismo, despreocupándose aún más de lo que sucede a su alrededor. Señala que el hombre está inmerso en una sociedad consumista, que cada vez más busca satisfacción y más rápido, dadas las condiciones de expiración de los productos oferta-dos, y no necesariamente productos alimenticios. Tales son los casos de las colecciones de la moda, lo último en tecnología, que hoy lo es y mañana dejará de serlo. Considera que esa necesidad por las compras tiene como causa la búsqueda desesperada de pertenencia al grupo que guía los rumbos de la sociedad capitalista-consumista.

Señala que cuando salimos de compras, exorcizamos esos espíritus que sólo nos muestran una y otra vez que, efectivamente, tenemos necesidades básicas que serán cubiertas en el mayor de los casos; pero sólo esas, no más, no tenemos oportunidades de obtener más. Los de alto poder adquisitivo tendrán un mayor número de opciones. Los de menor poder adquisitivo sólo podrán adquirir lo que les corresponde. Conformidad: el hombre terminará indefectiblemente por caer en las redes del consumismo, su identidad no será suficiente para salvarlo de ser parte de la sociedad sinóptica. Sin embargo, aún existe sutilmente una clara diferencia entre el enemigo número uno de la sociedad, el individuo.

En el tercer apartado Bauman reflexiona acerca del espacio/tiempo y su separación, antes éstos estaban unidos y representaban fuerzas con-juntas para sí. Actualmente, no sólo se han separado, sino que también hacen fuerza en contra de sí, sobre todo el tiempo frente el espacio. El primero es el medio, herramienta de conquista del segundo; antes se encontraba a la par de nuestros sentidos, sin embargo, con los avances tecnológicos, esta percepción del tiempo se ha transformado de manera tal que lo que antes nos parecía tan lejos, ahora sólo está a un click de nosotros, de esa manera conquistamos el espacio. Una conquista instantánea, que más tarda en tener pasado que futuro.

Otra gran aportación del texto es la que se refiere a la clasificación de espacios en el ámbito de la con-vivencia humana. Los espacios o lugares émicos (aquel destinado a la exclusión), los lugares fágicos (aquel destinado a la inclusión masificada del consumo), los no-lugares (es un espacio despojado de las expresiones simbólicas de identidad) y los espacios vacíos (lugares que siempre han estado ahí, pero inexistentes en nuestro mapa mental). Es precisamente en estos espacios, en los que la humanidad se desenvuelve actualmente, que se da una cierta necesidad de exclusión.

El ser humano se siente más seguro estando solo que en sociedad, está perdiendo las habilidades de convivencia, sólo se moverá y expresará, en cierta medida, con aquellos a quienes considere de su propia clase. El no hables con extraños, como lo señala Bauman, se ha convertido de una frase de protección infantil, a una coraza de protección adulta.

Otro tema que el autor nos ex-plica es que la sociedad liquida ha transformado la esencia del trabajo como bien común, a la esencia del trabajo individual. Por mis propios intereses. Aquí el trabajo como tal tiene dos aristas. Primero la de los capitales financieros que los producen a partir de fábricas, etcétera, el interés es sólo como capital humano. Es decir, como el medio por el cual la materia se transforma en un bien que será comprado y que rápidamente pasará a la historia por obsoleto. Los trabajadores son el recipiente que contiene el trabajo. Por otro lado, el trabajador pasa primero de un trabajo a largo plazo -duradero y en el que se crean vínculos afectuosos con compañeros y empresa, existe una identificación y un agradecimiento-, a un trabajo inmediato -en el que la durabilidad no es importante y los vínculos personales dejan de existir y sólo la gratificación instantánea importa.

Si bien es cierto que los individuos viven en conjunto alrededor de ciudades o localidades, se encuentran inmersos en un mecanismo del cual es muy difícil salir, una individualidad colectiva. El individuo como tal sólo puede confiar en sí mismo, ya no en los demás, ya que su seguridad está muy por encima de intereses colectivos o mejor dicho comunitarios. Si a esto le agregamos que el Estado

-antes garante de la seguridad, certeza, y hasta cierto grado, libertad- ya no brinda estas garantías, entonces se da esa separación entre lo nacional, dentro del cual va inmerso el patriotismo. Sólo le queda tratar de conseguir esa seguridad, entendida no solamente como seguridad física, sino también como seguridad psíquica.

Es decir, en la modernidad sólida, el individuo se sentía identificado con el Estado, además de que éste representaba un futuro, si no más prometedor, por lo menos un futuro. Ahora el individuo se encuentra con que ese futuro se ha desvanecido, no sabe cómo se va a encontrar en cuatro o cinco décadas. Por ello es importante señalar que el individuo, al verse cooptado por esas necesidades creadas, se refugia en sí mismo para poder hacerse de esa seguridad, evaporada entre los poderes de los mercados financieros. El concepto de Estado-nación representaba una comunidad sólida, sin embargo la seguridad y la certidumbre buscan un nuevo modelo para basar sus expectativas. El Estado ha dejado de ser benefactor. Actualmente ha tomado el papel de mediador entre los poderes fácticos y los individuos, ha cedido sus facultades de decisión. El Estado y la nación han tomado caminos distintos en la modernidad liquida.

Finalmente, Bauman señala que sumergidos en la sociedad liquida sólo podemos esperar un cambio, en mucho tiempo. No podemos cambiar en unos cuantos años lo que ha sucedido durante siglos. Eso sí, debemos tener esperanza. Pero vale la pena señalar que la búsqueda de identidad, para nuestro autor, es una constante lucha por detener el flujo. Percibir la identidad por fuera nos llama la atención, nos provoca atracción, queremos ir tras ella, de una manera que nos permita no ser tan dependientes de una sociedad consumista. Sin embargo, al estar dentro de ella, al poseerla, nos parecerá algo ilusorio, volátil, por lo que preferimos siempre volver al estadio de sociedad sólida y consumista. Formar parte de un grupo.

Jazmín Hernández Moreno jazmin_paris@hotmail.com


INTR. MODERNIDAD LIQUIDA


 Introducción a la Modernidad Líquida

El sociólogo Zygmunt Bauman fue quien desarrolló el concepto de Modernidad Líquida, en referencia a la sociedad en la que vivimos

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A través de la historia, diversas instituciones y estructuras sociales se mantuvieron intactas e incuestionables, donde los valores más relevantes se asociaban a la estabilidad, la unión y la tradición. Pero en nuestra realidad actual, estos valores, guías y estructuras se han disuelto, dando lugar a la Modernidad Líquida, concepto elaborado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, reconocido a nivel mundial como uno de los más grandes referentes del área. Si te interesan los fenómenos sociales, descubre en este Especial de teorías del Conocimiento de qué hablamos cuando decimos Modernidad Líquida.

La Modernidad Líquida es una categoría sociológica que sirve para definir el estado actual de nuestra sociedad. Bauman la define como una figura de cambio constante y transitoriedad, atada a factores educativos, culturales y económicos. La metáfora de la liquidez intenta demostrar la inconsistencia de las relaciones humanas en diferentes ámbitos, como en lo afectivo y en lo laboral. Las redes sociales juegan su parte en ello, ya que nos permiten conectarnos con todos, pero a la vez desconectarnos cuando queramos: un clic representa un muro o un puente en las relaciones humanas.
La sociedad líquida está en cambio constante, lo que genera una angustia existencial, donde parece no haber sentido cuando se trata de construir nuevas cosas, ya que el tiempo y la propia modernidad impulsarán su desintegración. Así nos encontramos como raza humana navegando los mares de la incertidumbre, sin saber cómo estará la economía mañana, si estallará una crisis o no, si contaremos con trabajo, si formaremos una familia, etcétera.

El sociólogo del siglo
Zygmunt Bauman es un sociólogo y filósofo polaco y es reconocido en la actualidad como uno de los más grandes sociólogos y analistas críticos del último siglo. Comenzó a publicar sus obras en 1950, preocupado por los temas que afectaban a las diferentes clases sociales, el consumismo extremo, la globalización y el advenimiento de la posmodernidad. Entre sus teorías se destaca la de Modernidad Líquida, que ha servido como base para la elaboración de la mayoría de sus investigaciones y ha inspirado a grandes filósofos, sociólogos y psicólogos contemporáneos.

Las investigaciones de Bauman se enfocan en la estratificación social, los movimientos obreros, el consumo y la naturaleza de la modernidad. A lo largo de su vida ha publicado más de 50 libros y 100 ensayos entre los que se destacan “Modernidad Líquida”, “Amor líquido” y “Vida de Consumo”, que resumen gran parte de su pensamiento en torno a las relaciones sociales actuales, los conflictos de identidad, y el consumo excesivo trasladado a todos los ámbitos de la vida.
¿Por qué “Líquido”?
Los líquidos y los gases tienen la cualidad de la fluidez, que los distingue de los sólidos porque son elementos con forma definida y fija, mientras que los primeros sufren continuos cambios y no conservan con facilidad su forma. En este sentido, las “cosas líquidas” no se atan de ninguna forma al espacio ni al tiempo, son libres de fluir por donde quieran, pero siempre de manera momentánea. Los sólidos claramente no cuentan con la libertad de fluir y no se desplazan con facilidad, son fijos y tienen una forma definida y son perdurables: sí ocupan un espacio y un tiempo.
La liquidez es por tanto, una clara representación de nuestra realidad actual. En la vida todas las cosas fluyen, se desplazan, se desbordan, se filtran y gotean, siempre por un periodo de tiempo limitado y sin ocupar un espacio concreto y definido. Es por ello que Bauman adopta el concepto de “liquidez” como una alegoría de la naturaleza, que representa además una nueva fase de la historia humana.


Los conflictos que la liquidez muestra en el mundo laboral
En su teoría, Bauman expone que uno de los ámbitos más afectados por la Modernidad Líquida es el laboral. Las personas ya no ingresan a un trabajo sabiendo cuándo se retirarán, sino que eso depende de las reglas del mercado y por tanto, es incierto. No sucede como antes que una persona comenzaba a trabajar en una compañía en la que permanecía hasta retirarse: el mercado actual exige renovación y cambios desde la propia empresa, pero también desde las necesidades profesionales.
A nivel laboral hay que estar capacitado para cumplir diferentes funciones y movilizarse para enfrentarse a nuevos desafíos. Un empleo ya no es suficiente para crear una carrera profesional, es necesario experimentar distintas labores en diferentes puestos y compañías para poder aprender más y destacarse por sobre los demás. El individualismo y el egoísmo es también determinante en el campo profesional, lo que ha llevado a una preferencia por los trabajos particulares por sobre los trabajos en equipo.
Los cambios constantes y las exigencias cada vez más limitantes del mercado laboral atemorizan a los trabajadores, que no pueden seguir el ritmo vertiginoso de la Modernidad Líquida, quienes muchas veces quedan rezagados y no sirven como sujetos funcionales al sistema laboral actual
La identidad del hombre y el problema de las relaciones
La búsqueda de la identidad es otra de las problemáticas que presenta la Modernidad Líquida. El trabajo de construirse a sí mismo como sujeto conlleva mucho tiempo y gira en torno a determinadas tradiciones y creencias, que funcionan como un eje central en la vida. Debido a la fugacidad de los valores actuales, esta identidad se construye en cimientos débiles, causando fragilidad y desarraigo en las personas.
Surge de esta forma una nueva identidad flexible, que puede adaptarse a diferentes escenarios y personas, pero que ya no se relaciona con la construcción de un “yo”, sino que es en función a los demás, lo que genera en los sujetos una fuerte dependencia para con los otros y las expectativas de estos, que deberán ser cumplidas.
Las relaciones humanas han sido el ámbito más afectado por la Modernidad Líquida, donde los roles sociales y las instituciones han cambiado para siempre, bajo el lema de uniones más libres y sin ataduras. El matrimonio como institución es un riesgo que pocas personas se animan a tomar: ya nadie quiere comprometerse a largo plazo. El egoísmo reinante no permite generar verdaderos lazos, por el miedo a perder libertad.
La idea del “use y tire” que nos ha otorgado el consumismo se desplaza a las relaciones, donde no hay tiempo para reciclar, ni seguir usando cosas obsoletas, o en propias palabras del sociólogo: “La vida líquida es una sucesión de nuevos comienzos con breves e indoloros finales”. El miedo a profundizar por perder poder de elección ata a las personas, quienes cada día se encuentran más solas.

MODELO DE GESTION.

NUEVO MODELO DE GESTIÓN PARA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA VENEZOLANA.

En base a la revisión teórica, legal e histórico-política sobre la evolución de la Administración Publica en Venezuela (APV) en los últimos 50 años, nuestro análisis se basa en la aplicación del plan sobre  la reforma del Estado e incremento de la capacidad de Gobierno (1999-2014), como política pública para modernizar la APV, dando como resultado las siguientes consideraciones enmarcadas en: la agenda, formulación, implantación y evaluación de la reforma de la APV, y un marco referencial sobre la aplicación del modelo y la realidad actual en la prestación de servicios al ciudadano.
En el ámbito de las competencias desconcentradas y descentralizadas a los gobiernos regionales, locales y entes públicos describiremos a continuación las de mayor relevancia son:

  • Educación: Básica (1 a 6 grado) Media (7 a 9 grado) Diversificada (10 y 11 grado) – Nivel Regional. Guarderías y Preescolar – Nivel Municipal.
  • Salud: Nivel Primario, Nivel Secundario y red de Hospitales de Especialidades – Nivel Regional. Los Niveles regionales, han descentralizado los servicios de salud preventiva a los niveles locales (Clínicas móviles, atención de respuestas inmediatas, ambulatorios Tipo I y II)
  • Seguridad Ciudadana: La Policía Nacional actúa a nivel Central y con delegaciones regionales especializadas. Los Gobiernos regionales tienen su órgano de policía regional, y los Gobiernos municipales poseen sus órganos policiales. A nivel nacional existe centro de atención al ciudadano a través del código telefónico 171. Actualmente se realiza cambio por el código 911.

Desarrollo Social: El Gobierno Nacional ha creado un número importante de Misiones Sociales que a través de subsidios directos que han mejorado los niveles socioeconómicos de las poblaciones más vulnerables, tales como:
  • Misión Madres del Barrio (apoyo a madres solteras de bajos recursos con guarderías)
  • Misión Barrio Adentro Deportivo (Incentivo de la práctica deportiva en las comunidades)
  • Misión Barrio Adentro Salud (atención de salud preventiva en los barrios pobres)
  • Misión Adulto Mayor (Atención geriátrica en las comunidades de bajos recursos)
  • Misión Milagro (diagnóstico y cirugía oftalmológica y entrega de lentes gratuitos)
  • Misión Negra Hipólita (Atención a los indigentes y pobreza extrema con refugios)
  • Misión Rivas (Educación para el trabajo para jóvenes desocupados con una beca)
  • Misión Sucre (Educación por parasistemas para jóvenes y adultos sin bachillerato)
  • Misión Venezuela libre de Drogas (Atención primaria y especializada a consumidores)
  • Misión a Toda vida Venezuela (Fortalecimiento de infraestructura de seguridad ciudadana)
  • Misión Vivienda Venezuela( Entrega de viviendas gratuitas a los ciudadanos de bajos y medianos ingresos, se ejecuta mancomunado con los gobiernos regionales y locales)
  • Misión Ahorro Energético (Sustitución de bombillas incandescentes por eficientes, incentivo de descuentos a facturas eléctricas por consumo eficiente, sustitución de equipos electrodomésticos obsoletos por eficientes bajo subsidio del Estado)
  • Misión Nevado (atención a los animales en situación de abandono y mascotas )
  • Misión Alegría ( Programas de atención cultural a las comunidades de bajos recursos)
  • Misión Canaima ( Dotación de computadores a los alumnos de educación Básica y diversificada)

  • Seguridad Social: el Gobierno Nacional a través  del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) ejecuta una política pública de justicia social a través de sincerar la asignación de las pensiones del seguro social a las personas mayores, discapacitadas, oficios domésticos e iniciativa propia que han trabajado en los distintos oficios y con diferentes patronos que no han alcanzado el número mínimo de cotizaciones, con la finalidad de que disfruten su pensión mínima obligatoria y los servicios de atención médica y farmacia de la red hospitalaria del IVSS.

En resumen podemos observar como la Administración Publica Nacional ha incentivado la acción de descentralización de competencias y ha generado programas sociales que su razón de ser, es acercar las acciones de gobierno al ciudadano, quienes a su vez evalúan permanentemente la prestación de estos servicios y proyectos(misiones) en sus comunidades, tanto para respaldar o reclamar el cumplimiento de las mismos ante la Administración Local, Regional y Nacional, fortaleciendo de esta manera la gestión pública.

Es importante resaltar que el fortalecimiento de las capacidades de Gobierno, se concretan en la forma de organizarse y administrar la gestión pública, en nuestro caso particular en Venezuela se vivió ese momento como se describió anteriormente, donde su etapa más relevante e importante fue entre 1999 y 2006. Esa se caracterizó por una dinámica social muy intensa, conflictos con las clases económicas dominantes (Golpe de Estado fallido 2002) ajustes en la economía global, y un incremento de la renta petrolera, que potencio una política pública de orden social, cuyo objetivo fue el cierre de brechas e inclusión de los más vulnerables a los beneficios sociales universales, disminución de la pobreza y un intento tímido de fortalecer la economía productiva con la intervención del Estado.

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